La arquitectura griega es la que fue producida por los pueblos helénicos y fue evolucionando a lo largo del tiempo. Hoy en día predomina la arquitectura religiosa, ya que de la arquitectura civil quedan unos cuantos restos. Lo que más predomina son los templos, aunque también se conservan teatros al aire libre.
La excelencia de los griegos en la arquitectura se manifiesta en dos caracteres: lo terminado, lo acabado, lo exquisito de cada forma particular y sobre todo la armonía fácil y poderosa, la fuente lógica interior de la obra. El hecho de que más de una forma arquitectural proceda de un modelo o prototipo oriental, no quita nada a la grandeza y a lo imprevisto del milagro artístico realizado por Grecia.
La belleza tal como la han comprendido los griegos no es una suma de efectos que se adicionan; es una armonía de efectos que se coordinan y se contrabalancean, se anulan o se excluyen, tan a menudo como se añaden.
En Grecia, la arquitectura pertenece a las artes inventivas, por consiguiente no tiene un modelo que imitar. Algunas características de ésta son:
- a diferencia de la arquitectura colosal de Egipto, la arquitectura griega es monumental.
- todas las edificaciones están planeadas a la perfección y cuentan con una armonía que puede apreciarse a simple vista.
- siempre contará con elementos decorativos y el material que más utilizaban era la piedra y de estas la que más utilizaban era el mármol
Todos estos ejemplos los podemos ver en el Partenón, el cual es el monumento más perfecto de toda esta época. El Partenón es, en cierto modo, la expresión plástica, el molde del espíritu griego.
Lo que más importa conocer, para penetrar en un gran estilo, es el alma misma del pueblo y del siglo que lo han sugerido. Esta alma está representada en la religión, en la literatura, en la política y en la vida social. Hay que preguntar a las costumbres cuál es el programa impuesto al arquitecto; a la filosofía, sobre su método; a la literatura, sobre su modo de sentir; a la religión, cuál es la naturaleza de su ideal más elevado. Cuando se aborda la arquitectura con toda esta iluminación previa, se percibe de manera más clara lo que antes se palpaba a ciegas en las tinieblas.
Fuente de consulta:
BOUTMY, Emile. 1945. "El Partenón. Filosofía del Arte Griego". Editorial Centauro.México, 247p.